Salir de Tuxpan

Editorial

“Próspero” y “sostenible” son los dos atributos de la promesa cubana más difundida que se le hace al socialismo en el siglo XXI. Pudieran definir una profundización de la sociedad de liberaciones a que aspiramos; o servirle como lema (in)diferente a la derrota sin estridencias que se nos prepara. Para esos conceptos tan ambiguos –como para nosotros– lo decisivo será el alcance de la práctica revolucionaria.

Solo esta última puede evitar que la ideología capitalista prostituya el lenguaje y nos engañe con “políticas públicas eficaces”. Pero la práctica revolucionaria exhibe subdesarrollo en relación con el pensamiento emancipatorio acumulado. Necesitamos volver a levantarla hasta las ideas más radicales que impulsó y condujo. De lo contrario, no podrá subvertir el sentido común que una y otra vez se le opone.

La tiza, proyecto editorial que anima la Red de Jóvenes Anticapitalistas, participará en este empeño mediante el debate de posiciones diversas que rara vez exponen en público sus contradicciones; el rescate de la memoria histórica de las experiencias revolucionarias que han tratado de fundar el mundo sobre nuevas bases; el análisis de las estrategias dominantes para recomponerse, de las debilidades del campo popular para cortarles el ciclo de su reproducción, y de la centralidad del poder para lograrlo.

A letra nueva, sangre nueva, para impedir secuestros. A letra vieja, sangre nueva también, para evitar reveses. La novedad ha de ser entraña de revolución, no empaque.

Atizar carbones hasta abrasarnos. Eso intentaremos.

Lo que era astilla flotante ya es tabla y velamen.


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