Por: Josué Veloz Serrade y Pablo Vergara
La niña pregunta al abuelo
por los ojos que se cuelgan
tras la nuca.
No pide la bendición,
deja saber que su vida
será de luchas
y la familia vieja
debe morir.
Ojos-maíz, dientes-maíz,
los ríos corren por aquel rostro
lavando las calles
donde cientos de niños
duermen
bajo colchas grises.
La niña dispara a la nuca,
saca los ojos
del abuelo:
de algún modo lo viejo
ha de morir.
Deja un comentario