Por Luis Emilio Aybar*: “…mañana empieza la Asamblea Internacional de los Pueblos y hay que madrugar…”
*Escrito el sábado 23 de febrero de 2019
Me encuentro en estos momentos en Caracas representando al Proyecto Nuestra América (PNA) en la Brigada Internacionalista Che Guevara. Mis compañeros de la Tizza me han pedido impresiones sobre la situación generada en el día de hoy por el intento de introducir en el país “ayuda humanitaria” a través de la frontera venezolana.
La verdad es que desde aquí es muy difícil hacerlo, al menos no como vivenciante directo, porque Caracas transcurre con bastante normalidad. Así, lo que haré será compartirles aprendizajes que puedan darles algunas coordenadas sobre la actualidad venezolana.
La primera impresión que contrasta con la agenda mediática al llegar a Caracas es el clima de normalidad que se respira. Hemos andado a pie o en bus muchas calles y avenidas del centro y la periferia de la ciudad. Hasta ahora solo he visto 2 mendigos y ninguna situación de violencia política o alteración pública.
Los centros comerciales están bastante concurridos, y se ve mucha gente consumiendo. No hay colas para comprar en las tiendas. Pregunto y me dicen que en este momento el problema no es el desabastecimiendo sino la hiperinflación; o sea, existen las mercancías en cantidad suficiente pero es muy bajo el valor real de los salarios. Las colas se dan mayormente cuando sacan productos de la canasta básica con precios más asequibles, topados por el gobierno a los privados.
Estas calles del centro y oeste de Caracas, donde hemos transitado, se encuentran absolutamente hegemonizadas por la gráfica chavista. En el Este es diferente porque es la zona opositora, de clase media y alta. Me ha llamado la atención la propaganda chavista, porque a diferencia de la cubana, predominan expresiones populares como el grafitti y el muralismo, realizadas por la diversidad de colectivos, organizaciones y movimientos que compone el chavismo.
Sin embargo, la población venezolana está altamente expuesta al discurso opositor, ya que en sus medios de comunicación hay programas que han tenido historicamente una gran audiencia.
Realmente la idea de que el gobierno de Maduro es una dictadura no se sostiene ni siquiera en los postulados insignes de la democracia burguesa. En Venezuela hay medios de diversas tendencias ideológicas, hay un sistema de partidos políticos, un sistema electoral auditado internacionalmente (que solo no es confiable para la oposición cuando pierden) y más del 90% de las empresas del país son privadas.
El otro día una parte de la Brigada veníamos coreando consignas por una calle de un barrio chavista: “Chavez vive, la lucha sigue”, y pasó un hombre que gritó: “No queremos bonos, y no queremos CLAP, nosotros lo que queremos es que se vaya Nicolás”. La Brigada le respondió con más consignas y todo quedó ahí. Los chavistas organizan sus marchas, los opositores las suyas, y la dictadura mundial obliga al gobierno a no meter preso a un usurpador como Guaidó para no provocar una guerra.
La pregunta que todos nos hacemos: ¿qué es la crisis económica de Venezuela y cuáles son sus causas y efectos? quedará para la segunda parte, pues mañana empieza la Asamblea Internacional de los Pueblos y hay que madrugar…
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