Por: Lissy Villar
Lo conocía de nombre cuando se habló de él en la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología. Pensamiento Crítico, una revista degustada por muchos, y de disgusto para otros, era el escenario sobre el que se debatía: recuerdo lúcido de una generación y ansiedad de otra por no contar con esa revista en las aulas cubanas.
Después, oía hablar de él en el Instituto Cubano de Investigación Cultural “Juan Marinello” del que es –basta ya de nombrar “muertos” – su Director General.
Los 50 años de Pensamiento Crítico nos harían reencontrarnos. En ese momento me preguntaba a quién no le convino pensar y por qué se la arrebataron de las manos. Esas manos que en Paradigmas Emancipatorios
hilvanaron la conferencia ilustrada y popular que dejó impactada a una amiga argentina; y los cubanos lo sentíamos tan nuestro…
Mas no hubo una profunda estrechez de mano hasta que en la Cátedra de Estudios “Antonio Gramsci” del Instituto Marinello me preguntó el nombre. Le dije: “soy periodista y pertenezco al colectivo “Nuestra América”. Y en un chiste de buen gusto me respondió: “nadie es perfecto”; y sonreímos.
Debo explicar, tal vez, esa broma. Pero aunque siempre es hora de hablar de una organización política socialista, revolucionaria cubana, la metáfora aliciente de Fernando Martínez Heredia se traduce en jóvenes que como él quieren un mejor país, un país socialista –pobre el alma que confunda este sentimiento/acción–.
Si no basta con saber que era un gran intelectual orgánico cubano, diré que hoy, jóvenes que lo conocen han sentido su silencio, no el de las verdades a flor de piel que intentan agazaparse… El silencio como un grito feroz.
Hoy supe que el Che era su principal paradigma y a dos días de su nacimiento –nacimiento también de dos mujeres valerosas para mí: mi madre y una compañera militante– recordé una frase suya, que resume su búsqueda y estudio de Ernesto Guevara:
Su vida y su legado son aptos para el futuro de la liberación y el socialismo, en vez de formar parte de su pasado histórico. Esa segunda característica de su posteridad es en el fondo lo que explica la primera, y el alcance que puede llegar a tener. El Che está tan presente hoy porque tiene capacidad para servir a una búsqueda fundamental, que al fin comienza a hacerse visible que es de vida o muerte para la humanidad.
Así como es y será Che para ti, eres y serás tú para nosotros, Fernando Martínez Heredia.
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