Se vive o se muere…si es verdadera

Por: Eva María Guerra González

Foto: Kaloian Santos Cabrera/Cubadebate.

Miles de personas dejaron por un momento de tomar mate. Mientras, se levanta Argentina como un semillero multiplicado en todas y cada una de las voces que este 24 de marzo tomaron por asalto la Plaza de Mayo. Y pareciera que esta vez logran marchar en cuadro apretado como la plata en las raíces de Los Andes. Al llamado de tambores y palos que truenan en el suelo comienza el conteo; que va en aumento, como el de los latidos de un corazón que irá en arremetida: 2 mil, 3 mil… 30 mil. PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE! Repite enardecida la multitud, de un modo en el que pareciese que ya no creerá en más nada.

El clima era especial, no sólo porque nuevamente gobierna la misma élite de aquella época, los mismos reproductores de la dependencia, sino también por sus incesantes intentos de relativización del genocidio sistemático por parte del Estado durante la dictadura cívica-eclesiástica-militar. En el trayecto todos intentan revivir las conexiones que los llevan al lugar. Amigos de los que no supieron más, hermanos a los que les faltó el tiempo de la reconciliación, tíos que no volvieron con ningún título, nietos que anunciaron su nacimiento pero jamás su paradero. El remordimiento, la culpa también; traía a todas estas almas que no soportan el encierro, vienen buscando a los dinosaurios que Charly prometió desaparecerían también. El Che, estaba en el aire: en una Revolución se vive o se muere…si es verdadera, y frente a las iglesias de la derecha estaba Camilo Torres: el amor eficaz es la Revolución.

Y todos marchan juntos; los 30 mil desaparecidos, los muertos que aún no les llegó la hora y los vivos de futuro. Se escurren todos desde bien temprano en la mañana, llevando como escudos sus murgas y su alegría. Yo recuerdo a Cuba, a sus desaparecidos y muertos en la dictadura sangrienta de Batista, a mi tío abuelo muerto y desaparecido en la flor de su vida, a los traidores, a los que triunfaron, a mi abuelo que después del triunfo de la Revolución y bajando de las lomas en Pinar del Río, pudo entonces llorarlo y comprometerse con él para siempre; y a los que luchan todavía.

Y tarareo, convencida; “son los sueños todavía, los que tiran de la gente”. Perdida, entre una multitud de gente desconocida, encuentro en cada rostro un hermano, un compañero y un fusil, en lo que se escucha de fondo a gritos: “como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar.”

El acto concluye con las Abuelas de la Plaza de Mayo, que actualizan no solo la memoria, sino el presente. Exigen libertad inmediata para Milagro Sala[1], denuncian el gobierno antipopular de Mauricio Macri, los retrocesos en derechos humanos, la miseria que se planifica, las persecuciones en política, los encarcelamientos y represiones de militantes que continúan; y el pisotear perenne de la soberanía política y económica.

Y entre las calles de regreso, todavía abarrotadas, una quiere creer fervientemente que ese encuentro de tempestades revolucionarias, ese espectro socialista que hoy rondó cada rincón de Argentina no se marchará esta vez. Que algún día próximo, cercano, tangible, la Argentina toda será la patria que soñó Guevara.

[1] Dirigente política y social Argentina, una de las líderes de la organización barrial Tupac Amaru. Fue detenida de manera arbitraria el gobierno de Macri se ha negado a escuchar el reclamo popular y de las Organización de las Naciones Unidas para su liberación. Por otro lado dicha dirigente fue además diputada al Parlasur.


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