Por Adiel García y Tania Gómez
Del 23 al 28 de septiembre se realizó en la ciudad de Matanzas el Taller formación de capacidades para el ejercicio de ciudadanía: Familias, derechos y activismo LGTBIQ+, auspiciado por el proyecto sociocultural comunitario AfroAtenas. Con la consigna «Todos los derechos para todas las personas» se debatió sobre los derechos del colectivo LGBTIQ+ con la mirada puesta en el futuro Código de Familia.
Diversos medios informativos dieron cobertura al evento: IPS Cuba (InterPress Service), la emisora Radio 26 y Radio Habana Cuba, la revista cubana Q de Cuir y el blog AfroCubaLGBTIQ, a lo que se unen las publicaciones en perfiles personales de la red social Facebook.
El foro propició el encuentro de actores de la sociedad civil e instituciones que apuestan por una configuración socio-jurídica inclusiva y diversa de las familias. Participaron miembros del proyecto Abriendo Brechas de Colores (ABC), la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES), la Red Ecuménica Fe por Cuba, el Movimiento Estudiantil Cristiano, la Alianza Afrocubana y personas de la comunidad transgénero de la ciudad.
El inicio del Taller, lunes 23 de septiembre, estuvo a cargo del activista y especialista en Bioética Alberto Roque Guerra, con la conferencia «Familias, derechos sexuales y activismo». Roque Guerra deconstruyó la noción hegemónica de familia heterosexual, nuclear y monogámica y destacó el carácter social, dinámico, histórico, cultural que poseen las familias, la diversidad de vínculos que en ella se establecen a partir de afectos y convivencia, no solo de filiación.
Algunas reflexiones giraron en torno a la necesidad de una revolución con sentido cuestionador, que supere las relaciones de dominación que subsisten en las familias y producen desigualdad en la división de roles, heteronormatividad y violencia de género. El matrimonio igualitario es una opción legal y ética, que funge como medio de reivindicar derechos, al tiempo que es estrategia política para subvertir las bases del modelo hegemónico de familia. Sin embargo, el acceso a dicha institución no garantiza que los antivalores del patriarcado dejen de reproducirse en familias homoafectivas.
En la jornada del martes sesionó el panel «Constitución y Familias» con tres ponencias de profesores del Departamento de Derecho de la Universidad de Matanzas. La profesora Iris Méndez Trujillo explicó que el principio de socioafectividad gana espacio como base para la configuración jurídica de la familia, superando así los criterios que la sitúan como resultado de la consanguinidad y el matrimonio. «El amor y la corresponsabilidad es lo que une a varias personas en la célula fundamental de la sociedad»- planteaba la profesora de Derecho de familia- «y eso es algo el derecho debe reconocer». De ahí nace la exigencia de proteger jurídicamente diversas tipologías familiares: extendidas, ensambladas, monoparentales y homoafectivas.
Sobre esta última profundizó la profesora Lisandra Suárez Fernández, quien reconoció su existencia fáctica en Cuba, mientras las bases para su reconocimiento están en el nuevo texto constitucional. No obstante, convertirlas en una realidad jurídica plantea un reto que las leyes de desarrollo deben resolver.
Las oportunidades que abre la recién promulgada Carta Magna fueron abordadas en la ponencia «Familias y garantías a los derechos en la nueva Constitución de la República de Cuba», del profesor Adiel García. Aquí se afirmó lo insostenible que sería, desde los postulados constitucionales vigentes, introducir un trato diferenciado para las familias homoafectivas en el nuevo Código de Familia. Tanto el matrimonio como la unión de hecho deben ser instituciones jurídicas igualitarias.
El evento contó con la presencia del diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Pablo Odén Marichal, con quien se dialogó sobre los temas de familia y matrimonio igualitario en el proceso de debate de la nueva Constitución de la República. En el marco de este diálogo las personas asistentes expresaron su preocupación por que el reconocimiento de este derecho a la comunidad LGBTIQ+ esté mediado por el voto popular. Fue objeto de cuestionamiento que la ampliación de derechos para una minoría sea sometida al consenso colectivo.
La teóloga Alicia Sevilla Hidalgo, en su conferencia «Fundamentalismos religiosos: una mirada desde la historia», expuso la manera en que grupos fundamentalistas han usado históricamente interpretaciones heteronormativas de la Biblia para legitimar la violencia y la exclusión de minorías LGBTIQ+. La profesora convidó a profundizar en interpretaciones feministas, inclusivas y liberadoras de los textos bíblicos, que sean una herramienta contra visiones fundamentalistas presentes en Cuba hoy.
En la jornada del miércoles se compartieron experiencias que reflejan otras maneras de vivir la fe, desde paradigmas emancipadores inclusivos de la diversidad humana. La pastora Elaine Saralegui Caraballo habló por la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba, Alison Infante Zamora compartió la experiencia del Movimiento Estudiantil Cristiano, y Yoelkis Torres hizo lo propio desde las prácticas religiosas afrocubanas. Fue un espacio de problematización acerca del fundamentalismo religioso, su emergencia como fuerza política en el contexto cubano, la necesidad de contrarrestar su discurso homofóbico en el plano socioteológico y político. También se exhortó a sostener posicionamientos claros contra el fundamentalismo cristiano y en favor de la inclusión de personas con sexualidades e identidades sexuales no hegemónicas.
Entre los principales logros del debate estuvo convocar a una iglesia no solo inclusiva, sino afirmativa de lo diverso. Refiere Saralegui que la perspectiva de inclusión mantiene un poder desde la heteronormatividad sobre las identidades que son incluidas y los aspectos de estas que pueden expresarse. Según la pastora, es vital afirmar a las personas en su identidad, que no tengan que renunciar a contar sus experiencias familiares diversas para ser aceptados por la iglesia.
El Taller incluyó una acción de saneamiento ambiental en solidaridad a la huelga mundial de estudiantes por el cambio climático, una presentación especial del cine alternativo afrodiaspórico de América Latina y el Caribe, y acciones de prevención con mujeres transgéneros.
Algunas notas finales
Este taller es el resultado lógico de la fuerza que han tomado los derechos del colectivo LGBTIQ+ en el debate público en los últimos meses, a partir de la inclusión del matrimonio igualitario en el anteproyecto de Constitución de la República de Cuba, sometido a consulta popular entre 2018 y 2019.
En tal contexto, la reacción del fundamentalismo cristiano frente al matrimonio igualitario configuró la “salida del closet” de una fuerza política que pugna contra los derechos del colectivo LGBTIQ+ y por la conservatización de la sociedad. Este movimiento no solo amenaza los derechos de minorías y pretende retroceder en aquellos reivindicados por la Revolución Cubana, sino que plantea como horizonte político la restauración capitalista en Cuba, con lo cual compromete y disputa el proyecto socialista cubano.
La existencia de espacios de formación para personas, proyectos, iniciativas e instituciones que trabajen por la reivindicación de derechos de colectivos históricamente discriminados es una forma de dinamizar y politizar el tejido social cubano, en tiempos de inmovilismo, restauración conservadora, fundamentalismos, apatía y repliegue hacia lo individual y familiar. Permiten construir frentes de dialogo acerca de la sociedad a la que aspiramos y ofrecen una oportunidad para profundizar en una visión del proyecto socialista como síntesis de todas las luchas, contra todo tipo de opresiones.
Para ello se hace necesario profundizar en estos espacios la mirada antipatriarcal y anticapitalista, así como la intersectorialidad de la lucha por los derechos de las minorías, donde se transversalizan cuestiones de racialidad, género, orientación sexual, identidad de género, diversidad funcional, vulnerabilidad socioeconómica. Es decir, incorporar una visión antisistémica que reconozca al patriarcado y el capitalismo como estructuras de dominación y matriz de todas las opresiones actuales.
El diseño de próximos espacios de formación debe nuclear las luchas de las minorías dentro del proyecto socialista cubano, entendido como horizonte político de lucha antipatriarcal, espacio de afirmación que interpela todas las formas estructurales, históricas y culturales de opresión sobre las personas.
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